- Beto, Beto…despierta!
- Que pasa?
- Acabo de escuchar un ruido en la sala…
- Son ideas tuyas. Déjame dormir.
- Por favor despierta, tengo mucho miedo.
- Debes haber tenido una pesadilla. Intenta dormir…
- Sabes que no podré hacerlo, anda ve que pasa, por favor!
- Está bien, pero tranquilízate, Noemí!
Me incorpore como pude, busque a tientas el interruptor de la luz, y baje las escaleras.
En efecto, no había nadie en la sala. Tampoco en la cocina…no había nadie en casa. Noemí y mi hijo, habían ido a pasar el fin de semana al departamento de mi cuñado, y yo estaba solo.
Preso del pánico, cogí mi celular de inmediato, y decidí hacer una vídeo llamada a Noemí. Cuando vi su rostro, me tranquilice, y sonriendo le dije que había tenido una pesadilla. Le pregunte como estaba, y me dijo: ¨Hay alguien tras de ti¨.
Roberto Flores Infante
09 de Agosto del 2015
Los breves relatos de un infame
Datos personales
Una historia de amor diferente
Una historia de amor diferente
Domingo, que rico. Sigo en pijama y no pienso cambiarme. Tampoco bañarme, claro. En definitiva, hoy he decidido quedarme en casa y holgazanear, me lo merezco, pues ha sido una semana para el olvido en la oficina.
La programación en la tele, también de mi lado y prometedora, anuncia para las tres de la tarde mi pelicula favorita: "Buenos muchachos". No podía ser mejor. Sin embargo, ese affaire entre la apacible tranquilidad de mi casita, y este pechito, se vio interrumpida por un persistente sonido...el de mi timbre.
Domingo, que rico. Sigo en pijama y no pienso cambiarme. Tampoco bañarme, claro. En definitiva, hoy he decidido quedarme en casa y holgazanear, me lo merezco, pues ha sido una semana para el olvido en la oficina.
La programación en la tele, también de mi lado y prometedora, anuncia para las tres de la tarde mi pelicula favorita: "Buenos muchachos". No podía ser mejor. Sin embargo, ese affaire entre la apacible tranquilidad de mi casita, y este pechito, se vio interrumpida por un persistente sonido...el de mi timbre.
¿Quien podría estar llamando a mi puerta un Domingo por la tarde?. No esperaba visitas, y si mal no recuerdo el día viernes cancele los dos meses de alquiler que debía.
Algo fastidiado me dirigí hasta la puerta, quite el seguro y abrí.
- Señor, muy buenas tardes, espero no haber interrumpido su descanso. Ante todo déjeme felicitarlo por su buen gusto, pues esa pijama color celeste con nubecitas hace un contraste perfecto con este cielo primaveral.
Permitame presentarme, mi nombre es Noemi y soy representante de ventas de "Quality Style", y en esta oportunidad vengo a ofrecerle algo que estoy segura, usted necesita, y que le sera de mucha utilidad; ya que por lo que veo, un caballero como usted, siempre esta al pendiente de esos pequeños detalles que hacen a una chica feliz. Yo se que su esposa o quizás su novia se lo agradecerán, y quedaran impactadas por su buen gusto. Pero lo mejor y mas importante, es que hará a alguien feliz.
Dígame señor, ¿cuanto vale una sonrisa? No tiene precio verdad? Hacer feliz a alguien es lo mas gratificante, es como alimentar el alma. ¿No cree?
Era la primera vez que escuchaba a alguien hablar tan rápido, casi sin respirar. Yo no había terminado de decir buenas tardes y ya me había convertido en el espectador del monologo de Miss Simpatía, porque la flaca mal no estaba, es mas, estaba buenísima. Pero que hacia vestida con un traje tipo sastre, un Domingo por la tarde? Y por que venia tan convencida a ofrecerme algo que (ella estaba segura) yo necesitaba? Y lo mas importante, quien se había creído para interrumpir así, de esta manera, mi Domingo.
Les juro que no se que me paso, pero seguí escuchando su rollo, hecho un cojudo.
- Señor, muchas veces nos topamos con situaciones inesperadas, o tal vez compromisos. Como cumpleaños, aniversarios o simplemente queremos decir algo y no encontramos las palabras adecuadas para decirlo, y queremos que algo sintetice ese "algo" que queremos decir. Pues déjeme decirle que en "Quality Style" pensamos en todo y hemos preparado el regalo perfecto para esos momentos, algo que sintetice todo lo que sentimos, algo que simbolice ese sentimiento, algo que...
Putamadre flaca, me vas a matar de la curiosidad !!! (eso pensé decirle pero me contuve). Si hay algo de lo que padezco, y es crónico, se los aseguro; es que soy un poquito ansioso.
- Señor, muy buenas tardes, espero no haber interrumpido su descanso. Ante todo déjeme felicitarlo por su buen gusto, pues esa pijama color celeste con nubecitas hace un contraste perfecto con este cielo primaveral.
Permitame presentarme, mi nombre es Noemi y soy representante de ventas de "Quality Style", y en esta oportunidad vengo a ofrecerle algo que estoy segura, usted necesita, y que le sera de mucha utilidad; ya que por lo que veo, un caballero como usted, siempre esta al pendiente de esos pequeños detalles que hacen a una chica feliz. Yo se que su esposa o quizás su novia se lo agradecerán, y quedaran impactadas por su buen gusto. Pero lo mejor y mas importante, es que hará a alguien feliz.
Dígame señor, ¿cuanto vale una sonrisa? No tiene precio verdad? Hacer feliz a alguien es lo mas gratificante, es como alimentar el alma. ¿No cree?
Era la primera vez que escuchaba a alguien hablar tan rápido, casi sin respirar. Yo no había terminado de decir buenas tardes y ya me había convertido en el espectador del monologo de Miss Simpatía, porque la flaca mal no estaba, es mas, estaba buenísima. Pero que hacia vestida con un traje tipo sastre, un Domingo por la tarde? Y por que venia tan convencida a ofrecerme algo que (ella estaba segura) yo necesitaba? Y lo mas importante, quien se había creído para interrumpir así, de esta manera, mi Domingo.
Les juro que no se que me paso, pero seguí escuchando su rollo, hecho un cojudo.
- Señor, muchas veces nos topamos con situaciones inesperadas, o tal vez compromisos. Como cumpleaños, aniversarios o simplemente queremos decir algo y no encontramos las palabras adecuadas para decirlo, y queremos que algo sintetice ese "algo" que queremos decir. Pues déjeme decirle que en "Quality Style" pensamos en todo y hemos preparado el regalo perfecto para esos momentos, algo que sintetice todo lo que sentimos, algo que simbolice ese sentimiento, algo que...
Putamadre flaca, me vas a matar de la curiosidad !!! (eso pensé decirle pero me contuve). Si hay algo de lo que padezco, y es crónico, se los aseguro; es que soy un poquito ansioso.
En fin, puse mi voz de niño bueno y pregunte:
- Y dime, flaquita, que es ese "algo" que hablara por mi. ¿Acaso un lorito? ja,ja,ja.
- Que gracioso es usted señor, en verdad es elocuente y divertido.
Pero ni un esbozo de sonrisa se dibujo en su carita cuando hice mi broma...bah!
- Ya, dime pues amiguita, mira que me voy...
- Bueno caballero, "Quality Style" pone a su disposición el regalo inolvidable, el regalo perfecto para toda ocasión, algo que hará que lo recuerden por siempre y que por su calidad durara toda la vida. Le presento...¡Nuestra linea de peluches con mensajes de amor!
Los tiene en variedad de modelos, como: Winnie Pooh, Tiger, Pucca, Mickey Mouse, Bugs Bunny y el gatito de Shrek. Ah, y lo mejor de todo es que cualquiera de ellos puede ser suyo, tan solo por la modica suma de 30 soles. ¿No le parece un buen precio?. Mejor...imposible!!!
No sabia si ahorcar a la flaca, tirarle la puerta en la cara o meterme un cachetadon por estúpido. Realmente tenia sentimientos encontrados...
Pero saben algo, finalmente me sentí conmovido, utilizo todos sus recursos para tratar de convencerme, después de todo era su chamba y para trabajar hasta los domingos, es porque alguna necesidad imperiosa debía obligarla. Asi como ella, ¿cuantos peruanos hacen a diario hasta lo imposible, para poder llevar honradamente un plato de comida a casa?
Sin pensarlo dos veces, le dije que queria el gatito de Shrek. Sus ojitos brillaron de alegria y saco de un maletin el peluche. No voy a negar que estaba bacan, era casi identico. Valia su precio.
- Muchas gracias señor, se lo agradesco tanto...
- No te preocupes, gracias a ti preciosa.
- Le garantizo que es de muy buena calidad. Le durara por siempre...gracias!
Hoy exactamente se cumplen cuatro años y tres meses de haber comprado ese peluche. Y vaya si lo recuerdo.
Se ha convertido en el juguete favorito de mi hija, y para mi y su mamá, significo el comienzo de algo hermoso...
Noemi, apurate amor, y no abrigues tanto a la bebe. Tu sabes que en el parque lo primero que hace es quitarse su chompita.
Roberto Flores Infante
- Que gracioso es usted señor, en verdad es elocuente y divertido.
Pero ni un esbozo de sonrisa se dibujo en su carita cuando hice mi broma...bah!
- Ya, dime pues amiguita, mira que me voy...
- Bueno caballero, "Quality Style" pone a su disposición el regalo inolvidable, el regalo perfecto para toda ocasión, algo que hará que lo recuerden por siempre y que por su calidad durara toda la vida. Le presento...¡Nuestra linea de peluches con mensajes de amor!
Los tiene en variedad de modelos, como: Winnie Pooh, Tiger, Pucca, Mickey Mouse, Bugs Bunny y el gatito de Shrek. Ah, y lo mejor de todo es que cualquiera de ellos puede ser suyo, tan solo por la modica suma de 30 soles. ¿No le parece un buen precio?. Mejor...imposible!!!
No sabia si ahorcar a la flaca, tirarle la puerta en la cara o meterme un cachetadon por estúpido. Realmente tenia sentimientos encontrados...
Pero saben algo, finalmente me sentí conmovido, utilizo todos sus recursos para tratar de convencerme, después de todo era su chamba y para trabajar hasta los domingos, es porque alguna necesidad imperiosa debía obligarla. Asi como ella, ¿cuantos peruanos hacen a diario hasta lo imposible, para poder llevar honradamente un plato de comida a casa?
Sin pensarlo dos veces, le dije que queria el gatito de Shrek. Sus ojitos brillaron de alegria y saco de un maletin el peluche. No voy a negar que estaba bacan, era casi identico. Valia su precio.
- Muchas gracias señor, se lo agradesco tanto...
- No te preocupes, gracias a ti preciosa.
- Le garantizo que es de muy buena calidad. Le durara por siempre...gracias!
Hoy exactamente se cumplen cuatro años y tres meses de haber comprado ese peluche. Y vaya si lo recuerdo.
Se ha convertido en el juguete favorito de mi hija, y para mi y su mamá, significo el comienzo de algo hermoso...
Noemi, apurate amor, y no abrigues tanto a la bebe. Tu sabes que en el parque lo primero que hace es quitarse su chompita.
Roberto Flores Infante
sábado, 8 de agosto de 2015
martes, 4 de agosto de 2015
Doménica
Caminaba bajo la lluvia, con un cigarrillo entre los labios. Mi rostro desencajado, hacia contraste perfecto con esa tarde triste y fría, llena de melancolía.
Estaba desorientado, no tenía la más mínima idea de hacia dónde iba, pero debía alejarme.
Solo llevaba conmigo el recuerdo de tus besos, y la angustia de la última vez que te vi.
Devorabas frenéticamente, lo poco que quedaba de aquel niño, cuyo rostro en carne viva, testificaba la desesperación de una muerte horrible.
Obnubilado y preso de un terror indescriptible, te golpee con todas mis fuerzas, solo para darme cuenta que era inútil. Ya no eras tú. Lo salvaje y desgarrador de tus gritos, aquellos ojos inyectados de sangre y una fuerza descomunal, me advirtieron que huyera.
Lejos ya, de aquella escena espantosa, solo atine a encender un cigarrillo y caminar. Cuando de pronto, el sonido de mi celular, me alerto que tenía un nuevo mensaje de texto, cuyo contenido me helo la sangre: Amor, te estoy esperando. Vas a venir o voy a buscarte? Siempre tuya…Doménica :)
Roberto Flores Infante
05 de Agosto del 2015
Estaba desorientado, no tenía la más mínima idea de hacia dónde iba, pero debía alejarme.
Solo llevaba conmigo el recuerdo de tus besos, y la angustia de la última vez que te vi.
Devorabas frenéticamente, lo poco que quedaba de aquel niño, cuyo rostro en carne viva, testificaba la desesperación de una muerte horrible.
Obnubilado y preso de un terror indescriptible, te golpee con todas mis fuerzas, solo para darme cuenta que era inútil. Ya no eras tú. Lo salvaje y desgarrador de tus gritos, aquellos ojos inyectados de sangre y una fuerza descomunal, me advirtieron que huyera.
Lejos ya, de aquella escena espantosa, solo atine a encender un cigarrillo y caminar. Cuando de pronto, el sonido de mi celular, me alerto que tenía un nuevo mensaje de texto, cuyo contenido me helo la sangre: Amor, te estoy esperando. Vas a venir o voy a buscarte? Siempre tuya…Doménica :)
Roberto Flores Infante
05 de Agosto del 2015
domingo, 5 de julio de 2015
Trivialidad de media noche
Me gusta cuando el día amanece soleado.
Me gusta cuando dicen que no podré hacer algo, para ponerme picón e intentarlo.
Me gusta estar feliz, aunque solo sea por joder.
Me gusta escribir mil y un huevadas, para luego de leerlas, desecharlas, y volver a escribir.
Me gusta decir que la selección peruana de futbol esta hasta el culo, aunque salte hasta el techo cuando meten un gol.
Me gusta poner el despertador una hora antes, para sentir que puedo dormir una hora más.
Me gusta pensar en cómo sería mi vida, si hubiese hecho lo opuesto a lo que he venido haciendo.
Me gusta escribir, porque saco mis demonios y lo mejor de mí.
Me gusta irme, porque guardo la insana esperanza de que me van a extrañar.
Me gusta sentir la adrenalina de llegar al baño con las justas (entiéndase, ajustando y sudando)
Me gustan las críticas destructivas hacia mi persona, porque me importan un carajo.
Y por último, me gusta escuchar con gracia, a quienes se ufanan de haber salido con muchas mujeres, pues como dice el genial Sheldon Cooper: ¨Notifiquen a los editores del diccionario de la Real Academia Española. La palabra muchas ha sido redefinida y ahora significa dos¨
Roberto Flores Infante.
domingo, 31 de mayo de 2015
Dominium Demonio
Aquella noche me fue imposible conciliar el sueño. No dejaba de pensar en aquel libro, que adquirí a un precio irrisorio, mientras caminaba por una desolada calle del centro de Lima, el día anterior.
Es menester reconocer que disfruto de la lectura, teniendo cierta predilección por lo fantástico y desconocido. Recuerdo que en mi adolescencia devore con avidez, los geniales cuentos del Maestro Edgar Alan Poe. Sin embargo, mi favorito en el estilo, siempre será H.P Lovecraft.
Era el último día del mes de junio. Salí de la oficina contento. Pues era viernes y ya habían depositado el sueldo. Raudo y veloz me dirigí hasta un cajero automático, y retirando lo justo y necesario, decidí dar un paseo e ir a husmear libros al infame Jr. Quilca, en el centro de Lima.
Mientras caminaba, iba fascinado mirando la cantidad de libros (entre nuevos y usados, piratas y originales) que se exhibían en los anaqueles. Sin embargo, algo llamo mi atención en una esquina.
Tendido en el suelo, se hallaba un anciano de aspecto deplorable, junto a una ruma de libros viejos. Decidí seguir mi camino, pero estirando su decrepita mano, aquel anciano jalo la vasta de mi pantalón, impidiéndome seguir. Con voz áspera y suplicante, rogó que lo escuchara:
-Jovencito, cómpreme un libro. Ayude a este pobre anciano…
-Señor disculpe, pero tengo prisa. Tenga la gentileza de soltarme.
-No he probado bocado hace tres días, apiádese de mí.
En el acto, saque unas monedas de mi bolsillo y se las entregue.
-Usted me ofende jovencito, no le pido una limosna. Yo vendo libros…
-Pero no quiero comprar ninguno. Así que por favor, suélteme!
-Yo vendo libros, no soy un mendigo!
-Señor, no sea mal educado y tenga la gentileza de soltar la basta de mi pantalón!
-No voy a soltarlo si no toma un libro. Llévese uno, a cambio de las monedas que me dio…
-Está bien. Agradezca que es usted un anciano y que soy lo suficientemente paciente como para no golpearlo!
Perdí valiosos minutos buscando entre aquellos viejos y malolientes libros, algo de mi interés.
-No hay nada que me agrade, disculpe.
Con el rostro desencajado y una mirada lánguida y perturbadora, aquel hombre metió la mano por debajo de su abrigo, y me entrego un libro forrado en piel, cuyas letras en alto relieve dejaban ver el título: ´´Dominium Demonio´´.
No me moleste en hojear el libro, en el acto, abrí mi maletín y empecé a hacerle un espacio entre mis documentos y lo guarde. Cuando levante la mirada, el viejo ya no estaba. Era como si él y sus libros hubiesen sido tragados por la tierra.
Algo temeroso y contrariado, camine hasta la ´´Taberna Queirolo´´, que se encontraba a pocos metros, pedí dos copas de Pisco puro, y las bebí, ipso facto.
Al llegar a casa, solo atine a dejar mi maletín sobre el sofá, estaba muy cansado, solo quería dormir. Me dirigí hasta mi habitación, ni siquiera tenía fuerzas para cambiarme, solo me deje caer sobre la cama. Pero al cerrar los ojos venía a mi mente la imagen de aquel libro. Intente restarle importancia. Sin embargo, me fue imposible conciliar el sueño.
Es la séptima noche que no puedo dormir, y he tenido que ausentarme del trabajo, argumentando que estoy atravesando por un cuadro crítico de estrés .
Las noches me resultan insoportables, no puedo sacar de mi mente la imagen de aquel libro…el libro, no lo he sacado aun de mi maletín!
Era como si algo evitara que lo haga. Sin embargo, hoy estoy dispuesto a leerlo, pero estoy tan cansado…
Anoche, preso de la desesperación y muy irritado por las dos semanas que llevaba sin dormir, extraje aquel maldito libro de mi maletín, al intentar leerlo, todo me resultaba incomprensible. Lo único que contenía era una serie de símbolos, caracteres incomprensibles e imágenes blasfemas, que ojala nunca hubiera visto.
Me sorprendí por la mañana, acostado en mi sofá. Por fin había podido dormir. Quizás, inconscientemente , producto de la ansiedad, me había sugestionado con aquel libro. Me reí, reí frenéticamente, casi con locura. Me sentía bien.
Decidí tomar una ducha. Ya en el baño, y al quitarme la ropa, quede horrorizado al mirar mi cuerpo, estaba extremadamente delgado. Levante la mirada y al ver mi rostro en el espejo, no pude dar crédito a lo que veía. La imagen que se proyectaba, era la de un anciano, un anciano de expresión abyecta y macabra.
Un terrible hedor inundo el ambiente, y vomite hasta perder el conocimiento.
Hace frio en esta esquina, estoy muy cansado y no he probado bocado hace tres días. Quizás hoy tenga suerte, y alguien se apiade de mí…
Jovencito, cómpreme un libro. Ayude a este pobre anciano…
Roberto Flores Infante
Es menester reconocer que disfruto de la lectura, teniendo cierta predilección por lo fantástico y desconocido. Recuerdo que en mi adolescencia devore con avidez, los geniales cuentos del Maestro Edgar Alan Poe. Sin embargo, mi favorito en el estilo, siempre será H.P Lovecraft.
Era el último día del mes de junio. Salí de la oficina contento. Pues era viernes y ya habían depositado el sueldo. Raudo y veloz me dirigí hasta un cajero automático, y retirando lo justo y necesario, decidí dar un paseo e ir a husmear libros al infame Jr. Quilca, en el centro de Lima.
Mientras caminaba, iba fascinado mirando la cantidad de libros (entre nuevos y usados, piratas y originales) que se exhibían en los anaqueles. Sin embargo, algo llamo mi atención en una esquina.
Tendido en el suelo, se hallaba un anciano de aspecto deplorable, junto a una ruma de libros viejos. Decidí seguir mi camino, pero estirando su decrepita mano, aquel anciano jalo la vasta de mi pantalón, impidiéndome seguir. Con voz áspera y suplicante, rogó que lo escuchara:
-Jovencito, cómpreme un libro. Ayude a este pobre anciano…
-Señor disculpe, pero tengo prisa. Tenga la gentileza de soltarme.
-No he probado bocado hace tres días, apiádese de mí.
En el acto, saque unas monedas de mi bolsillo y se las entregue.
-Usted me ofende jovencito, no le pido una limosna. Yo vendo libros…
-Pero no quiero comprar ninguno. Así que por favor, suélteme!
-Yo vendo libros, no soy un mendigo!
-Señor, no sea mal educado y tenga la gentileza de soltar la basta de mi pantalón!
-No voy a soltarlo si no toma un libro. Llévese uno, a cambio de las monedas que me dio…
-Está bien. Agradezca que es usted un anciano y que soy lo suficientemente paciente como para no golpearlo!
Perdí valiosos minutos buscando entre aquellos viejos y malolientes libros, algo de mi interés.
-No hay nada que me agrade, disculpe.
Con el rostro desencajado y una mirada lánguida y perturbadora, aquel hombre metió la mano por debajo de su abrigo, y me entrego un libro forrado en piel, cuyas letras en alto relieve dejaban ver el título: ´´Dominium Demonio´´.
No me moleste en hojear el libro, en el acto, abrí mi maletín y empecé a hacerle un espacio entre mis documentos y lo guarde. Cuando levante la mirada, el viejo ya no estaba. Era como si él y sus libros hubiesen sido tragados por la tierra.
Algo temeroso y contrariado, camine hasta la ´´Taberna Queirolo´´, que se encontraba a pocos metros, pedí dos copas de Pisco puro, y las bebí, ipso facto.
Al llegar a casa, solo atine a dejar mi maletín sobre el sofá, estaba muy cansado, solo quería dormir. Me dirigí hasta mi habitación, ni siquiera tenía fuerzas para cambiarme, solo me deje caer sobre la cama. Pero al cerrar los ojos venía a mi mente la imagen de aquel libro. Intente restarle importancia. Sin embargo, me fue imposible conciliar el sueño.
Es la séptima noche que no puedo dormir, y he tenido que ausentarme del trabajo, argumentando que estoy atravesando por un cuadro crítico de estrés .
Las noches me resultan insoportables, no puedo sacar de mi mente la imagen de aquel libro…el libro, no lo he sacado aun de mi maletín!
Era como si algo evitara que lo haga. Sin embargo, hoy estoy dispuesto a leerlo, pero estoy tan cansado…
Anoche, preso de la desesperación y muy irritado por las dos semanas que llevaba sin dormir, extraje aquel maldito libro de mi maletín, al intentar leerlo, todo me resultaba incomprensible. Lo único que contenía era una serie de símbolos, caracteres incomprensibles e imágenes blasfemas, que ojala nunca hubiera visto.
Me sorprendí por la mañana, acostado en mi sofá. Por fin había podido dormir. Quizás, inconscientemente , producto de la ansiedad, me había sugestionado con aquel libro. Me reí, reí frenéticamente, casi con locura. Me sentía bien.
Decidí tomar una ducha. Ya en el baño, y al quitarme la ropa, quede horrorizado al mirar mi cuerpo, estaba extremadamente delgado. Levante la mirada y al ver mi rostro en el espejo, no pude dar crédito a lo que veía. La imagen que se proyectaba, era la de un anciano, un anciano de expresión abyecta y macabra.
Un terrible hedor inundo el ambiente, y vomite hasta perder el conocimiento.
Hace frio en esta esquina, estoy muy cansado y no he probado bocado hace tres días. Quizás hoy tenga suerte, y alguien se apiade de mí…
Jovencito, cómpreme un libro. Ayude a este pobre anciano…
Roberto Flores Infante
sábado, 23 de mayo de 2015
Catarsis
Hoy, mientras estaba sentado frente al monitor de mi computadora, ante la desafiante y blanquísima hoja de mi procesador de texto (Micfrosoft Word), vino a mi memoria aquella sensación apremiante de ´´y ahora, que chucha escribo´´. Transportándome de inmediato a un momento peculiar y sublime de mi época escolar. Para ser más preciso, la famosa e infame tarea de ´´Escribir un poema para la actuación del viernes´´. Obviamente que el mejor trabajo, de todas las cojudeces que se escribían (cabe indicar que solo teníamos 11 años), representaría al aula, y seria recitado por su autor.
Es justo reconocer que nunca me fue mal en esos menesteres. Por cosas del destino, mis trabajos siempre quedaban entre los tres mejores. Incluso, ya había tentado el primer lugar en dos oportunidades: Por el ´´Día del Combate del dos de Mayo´´ y el ´´Día de la Madre´´, ostentando un respetable y meritorio segundo puesto.
Aquella tarde, porque toda mi educación primaria la estudie en ese turno, nuestro queridísimo y a la vez odiado profesor Patiño, a quien prometo dedicarle una publicación algún día, por su ardua y comprometida labor con nuestra educación (nos hacia leer el libro de la página 15 a la 25, mientras el leía su periódico deportivo, hasta quedarse jato) nos pidió escribir una poesía por el ´´Dia del Padre´´. Sin embargo, no hubo competencia de ´´genios de la poesía´´ (así nos llamaba de cariño cuando quería motivarnos) ese día, ya que al encontrarme distraído, mientras el dictaba su clase, se acercó hasta mi carpeta muy molesto y me llamo la atención.
-Sr. Flores, desea usted decirle algo a la alumna Cortelezzi?
-No, profe. Para nada…
-Entonces, le resulta más interesante mirarla, que mi clase!
-Lo que sucede profe, es que estoy pensando en lo que escribiré por el Día del Padre.
-Claro, y su Musa inspiradora es la alumna Cortelezzi…
-No, profe, yo…
-No se preocupe en dar más explicaciones, Sr. Flores. Yo en su lugar, me preocuparía por entregar un trabajo impecable, ya que he decidido que usted nos represente con su poesía, para el día de la actuación.
-Pero…
-Un fuerte aplauso para el Sr. Flores!
En efecto, distraído estaba. Ni me percate cuando el profe se acercó hasta mi carpeta. Y es que Nina (ese era el nombre de la alumna Cortelezzi) era la chica más bonita del Mundo, era perfecta, y yo la amaba con todo mi corazoncito de 11 años, pero ella no lo sabia, claro.
Ya a la salida, se acerco hasta mi, el inefable y jodido ´´pajarito´´, quien se gano ese apelativo, porque lo único que hacia bien era silbar.
-Y Flores, te cagaron…ja,ja,ja
-Si, y ahora que hago…
-Deja de mirarla pues, huevon!
-Tú sabes que me gusta bastante, y a veces me resulta difícil dejar de mirarla y pensar en ella…
-Yo tengo la solución, amigo!
-Ya sé que me vas a decir, que me le mande…y si me chotea!
-Por ahí no va la cosa. Cuando te sorprendas pensando en ella, cierra tus ojitos e imagínatela cagando…ja,ja,ja
-Gracias, pajarito. Yo también te quiero… (maldito infeliz!)
Está demás decir, que los días previos a la actuación, se me hacían cortísimos. Por las noches, despertaba empapado en sudor, producto de febriles pesadillas, en las que me veía sobre el estrado tratando de recitar mi poesía, equivocándome una y otra vez. Sin embargo, el día tan temido, llego.
Algo contrariado y muy ansioso, subí al estrado. En primera fila, podía divisar al director, los profesores y toda la plana administrativa del colegio. En las filas posteriores, e impecablemente uniformados, estaba todo el alumnado.
Cogí mi hoja, tomando un respiro y sobreponiéndome, con una seguridad y autocontrol increíbles, comencé mi alocución.
Mientras pronunciaba las palabras finales de mi poesía, no pude evitar ver el rostro desencajado y mirada triste del director, quien fue el primero en levantarse de su asiento para aplaudir efusivamente. Creo que todo había salido bien…
Cuando por fin baje del estrado, me esperaba el profesor Patiño. Me abrazo con tanta fuerza, que sentí que me quebraba.
-Robertito, hijo. Gracias! Ha sido el poema más lindo que he escuchado
-No tiene que agradecerme profe…
-Discúlpame si estoy llorando, pero es que perdí a mi padre hace dos meses
-Cuanto lo siento, profesor Patiño…
-Pero sabes algo, tu padre debe agradecerle a Dios por tener un hijo tan bueno y talentoso, como tú. Salúdalo de mi parte por el Día del Padre.
Han pasado ya 28 años, desde aquella actuación. Y honestamente, me hubiera gustado hacerle llegar el saludo del profesor Patiño, a mi padre…pero nunca lo conocí. Todo lo que siempre supe de él, es que abandono a mi madre cuando estaba embarazada.
Feliz Día del Padre…Conchetumare!
Roberto Flores Infante
Es justo reconocer que nunca me fue mal en esos menesteres. Por cosas del destino, mis trabajos siempre quedaban entre los tres mejores. Incluso, ya había tentado el primer lugar en dos oportunidades: Por el ´´Día del Combate del dos de Mayo´´ y el ´´Día de la Madre´´, ostentando un respetable y meritorio segundo puesto.
Aquella tarde, porque toda mi educación primaria la estudie en ese turno, nuestro queridísimo y a la vez odiado profesor Patiño, a quien prometo dedicarle una publicación algún día, por su ardua y comprometida labor con nuestra educación (nos hacia leer el libro de la página 15 a la 25, mientras el leía su periódico deportivo, hasta quedarse jato) nos pidió escribir una poesía por el ´´Dia del Padre´´. Sin embargo, no hubo competencia de ´´genios de la poesía´´ (así nos llamaba de cariño cuando quería motivarnos) ese día, ya que al encontrarme distraído, mientras el dictaba su clase, se acercó hasta mi carpeta muy molesto y me llamo la atención.
-Sr. Flores, desea usted decirle algo a la alumna Cortelezzi?
-No, profe. Para nada…
-Entonces, le resulta más interesante mirarla, que mi clase!
-Lo que sucede profe, es que estoy pensando en lo que escribiré por el Día del Padre.
-Claro, y su Musa inspiradora es la alumna Cortelezzi…
-No, profe, yo…
-No se preocupe en dar más explicaciones, Sr. Flores. Yo en su lugar, me preocuparía por entregar un trabajo impecable, ya que he decidido que usted nos represente con su poesía, para el día de la actuación.
-Pero…
-Un fuerte aplauso para el Sr. Flores!
En efecto, distraído estaba. Ni me percate cuando el profe se acercó hasta mi carpeta. Y es que Nina (ese era el nombre de la alumna Cortelezzi) era la chica más bonita del Mundo, era perfecta, y yo la amaba con todo mi corazoncito de 11 años, pero ella no lo sabia, claro.
Ya a la salida, se acerco hasta mi, el inefable y jodido ´´pajarito´´, quien se gano ese apelativo, porque lo único que hacia bien era silbar.
-Y Flores, te cagaron…ja,ja,ja
-Si, y ahora que hago…
-Deja de mirarla pues, huevon!
-Tú sabes que me gusta bastante, y a veces me resulta difícil dejar de mirarla y pensar en ella…
-Yo tengo la solución, amigo!
-Ya sé que me vas a decir, que me le mande…y si me chotea!
-Por ahí no va la cosa. Cuando te sorprendas pensando en ella, cierra tus ojitos e imagínatela cagando…ja,ja,ja
-Gracias, pajarito. Yo también te quiero… (maldito infeliz!)
Está demás decir, que los días previos a la actuación, se me hacían cortísimos. Por las noches, despertaba empapado en sudor, producto de febriles pesadillas, en las que me veía sobre el estrado tratando de recitar mi poesía, equivocándome una y otra vez. Sin embargo, el día tan temido, llego.
Algo contrariado y muy ansioso, subí al estrado. En primera fila, podía divisar al director, los profesores y toda la plana administrativa del colegio. En las filas posteriores, e impecablemente uniformados, estaba todo el alumnado.
Cogí mi hoja, tomando un respiro y sobreponiéndome, con una seguridad y autocontrol increíbles, comencé mi alocución.
Mientras pronunciaba las palabras finales de mi poesía, no pude evitar ver el rostro desencajado y mirada triste del director, quien fue el primero en levantarse de su asiento para aplaudir efusivamente. Creo que todo había salido bien…
Cuando por fin baje del estrado, me esperaba el profesor Patiño. Me abrazo con tanta fuerza, que sentí que me quebraba.
-Robertito, hijo. Gracias! Ha sido el poema más lindo que he escuchado
-No tiene que agradecerme profe…
-Discúlpame si estoy llorando, pero es que perdí a mi padre hace dos meses
-Cuanto lo siento, profesor Patiño…
-Pero sabes algo, tu padre debe agradecerle a Dios por tener un hijo tan bueno y talentoso, como tú. Salúdalo de mi parte por el Día del Padre.
Han pasado ya 28 años, desde aquella actuación. Y honestamente, me hubiera gustado hacerle llegar el saludo del profesor Patiño, a mi padre…pero nunca lo conocí. Todo lo que siempre supe de él, es que abandono a mi madre cuando estaba embarazada.
Feliz Día del Padre…Conchetumare!
Roberto Flores Infante
Suscribirse a:
Entradas (Atom)